Ideas y creencias


Para Ortega y Gasset el ser humano es la única criatura capaz de ser consciente de la realidad y de preguntarse por ella radicalmente. Por eso, los componentes esenciales de la realidad son los de  la vida humana: yo, circunstancia y azar. La circunstancia es todo aquello que rodea al yo. Por eso Ortega afirma que “yo soy yo y mi circunstancia”, partiendo del hecho de que la vida es la realidad radical. El ser humano es un ser esencialmente temporal, es decir, histórico y esta historicidad es la que explica que en su manera de conocer el mundo su conocimiento sea siempre una perspectiva individual.
 Dos son los modos de conocer que tiene el hombre: las ideas y las creencias. Dice Ortega que “las ideas se tienen y en las creencias se está”. Sin negar la importancia que el conocimiento racional tiene para el ser humano, Ortega señala la importancia de las creencias, no sólo las religiosas, en la vida humana. Si las ideas son el conocimiento que poseemos de manera consciente y que puede ser demostrado (el conocimiento científico, en general), puesto en discusión, las creencias son todo aquello que no se pone, en principio, en discusión y que forma parte del fondo inconsciente de nuestras convicciones profundas sobre el mundo. Cuando se da el caso de que alguna de nuestras creencias es puesta en cuestión, como ocurrió durante la Revolución científica, entonces se convierte en idea. De modo análogo, las ideas pueden convertirse en creencias a lo largo del tiempo, una vez que la seguridad con la que se cree en ellas está consolidada.